Desde las cuatro de la mañana una pertinaz lluvia cayó en la ciudad. Esta llegó como una verdadera bendición para miles de habitantes cuya preocupación justamente se centraba en obtener agua. Desde cielo hubo para todas/todos en forma equitativa, para que nadie reclame.
Este aguacero llegó en el momento más oportuno, en virtud que con apenas 44 tanqueros disponibles al momento, resulta imposible dotar en forma adecuada del agua a los pobladores. La ciudad es la que mayor impacto sufre por el derrame petrolero que rompió el SOTE, producto de lo cual debió suspenderse la captación desde el río Coca. ¡¡Cómo no creer en Dios… si dio la lluvia esperada en El Coca!! NOTICIERO LATITUD CERO









